miércoles, 1 de julio de 2009

miércoles, 24 de junio de 2009

Final

Ángeles o demonios,
Mentes sospechosas
que caminan al unísono.
Ríos de tinta que una vez
Convencieron de su verdad,
Palabras recitadas
sobre un pedestal
que sostiene almas solitarias.
Verdades y mentiras,
Vida y muerte,
El único final.

viernes, 19 de junio de 2009

jueves, 18 de junio de 2009

Carta de un Jefe Indio Azteca a los Gobiernos de Europa






Después de que el Rey Juan Carlos I de España, alterado por la humillación de tener que sentarse en la misma mesa y en situación de igualdad con indios y criollos, mandase callar al presidente de una de sus ex-colonias, es bueno recordar las palabras de Guaipuro Cuauhtémoc. Es bueno recordar que tenemos con América Latina una deuda de oro, plata, sangre y vidas humanas que nunca podremos reparar.
Carta de un Jefe Indio Azteca a los Gobiernos de Europa:


Aquí, pues, yo, Guaipuro Cuauhtémoc, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que se la encontraron hace ya quinientos años. Aquí, pues, nos encontramos todos: sabemos lo que somos y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé verdaderamente. El hermano usurero europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.

También yo puedo reclamar pagos, también puedo reclamar intereses. Consta en Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo, firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y el 1660 llegaron a San Lúcar de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata que provenían de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque es pensar que los hermanos cristianos faltan a su séptimo mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme el cielo de figurarme que los europeos, igual que Caín, matan y después niegan la sangre del hermano! ¿Genocidio? ¡Eso sería dar crédito a calumniadores como Bartolomé de las Casas, que calificaron el encuentro de destrucción de las Indias, o a ultras como el doctor Arturo Pietri, quien afirma que el arranque del capitalismo y de la actual civilización europea se debió a la inundación de metales preciosos arrancados por ustedes, mis hermanos europeos, a mis también hermanos de América! ¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de varios préstamos amigables de América para el desarrollo de Europa. Lo contrario sería presuponer crímenes de guerra, lo que daría derecho, no solo a exigir devolución inmediata, sino indemnización por daños y perjuicios.

Yo, Guaipuro Cuautémoc, prefiero creer en la menos ofensiva de las hipótesis para mis hermanos europeos. Tan fabulosas exportaciones de capital no fueron más que el inicio de un plan Marshall-tezuma para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, defensores del álgebra, la arquitectura, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, una vez pasado el Quinto Centenario del “Préstamo” podemos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o, por lo menos, productivo de los recursos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, Armadas Invencibles, Terceros Reichs y otras formas de exterminio mutuo, para acabar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como Panamá (pero sin canal). En lo financiero han sido incapaces después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar capital e intereses, como de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta el Tercer Mundo.

Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman, conforme a la cual una economía subsidiada jamás podrá funcionar. Y nos obliga a reclamarles – por su propio bien – el pago de capital e intereses que tan generosamente hemos demorado todos los siglos. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a los hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas flotantes de un 20 por ciento y hasta un 30 por ciento que los hermanos europeos les cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo de un 10 por ciento anual acumulado durante los últimos 300 años. Sobre esta base, aplicando la europea fórmula del interés compuesto, informamos a los descubridores que solo nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata, ambas elevadas a la potencia de trescientos. Es decir, un número para cuya expresión total serías necesarias mas de trescientas cifras y que supera ampliamente el peso de la tierra. ¡Muy pesadas son estas moles de oro y de plata! ¿Cuánto pesarían calculada en sangre? Aducir que Europa en medio milenio no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar este módico interés sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero sí exigimos la inmediata firma de una carta de intenciones que discipline a los pueblos deudores del viejo continente; y los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa que les permita entregárnosla entera como primer pago de una deuda histórica. Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales. En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran con la bala con que mataron al poeta. Pero no podrán, porque esa bala es el corazón de Europa.

miércoles, 17 de junio de 2009

lunes, 15 de junio de 2009

Esencia...

















Tu mirada se clava
en mis pupilas.
Tu aliento solloza
en mis oídos.
Cuando inspiras,
mi esencia se filtra,
Y todo lo tuyo
es mi sonido.
Tan sólo un ruego
Alma mía,
Ámame hasta el olvido.

sábado, 13 de junio de 2009

November rain

Canto a la eternidad




















Qué paradoja es la vida.
De repente cayó al suelo,
su cuerpo se derramó por el asfalto.
El tiempo se paró.
El murmullo de la gente parecía ir en aumento.
El sonido de la ambulancia
comenzó a ser cada vez más cercano.
La sangre fluía por el arcén.
Una mujer llorosa, como excitada,
se acercó a mí.
Es mi hijo, es mi hijo!!,
preguntó.
Cuando pudo mirar de cerca,
su rostro cambió,
pareció tranquilizarse.
Que hipócritas somos nosotros
los humanos,
sentimos el dolor de las demás,
pero siempre que nosotros estemos en paz.
Qué paradoja la vida.
Amaneces con la luz del día,
que te abre el camino.
Al mediodía,
los rayos del sol,
se hacen fuertes y brillantes,
poderosos y con vida.
Al atardecer,
cuando la luz comienza a desaparecer,
se cierran las flores,
los pájaros dejan de volar,
y llega la noche,
oscura,
penetrante,
fulminante.
Después, el silencio de la tumba,
la paz,
descanso eterno.
Un día,
una vida,
qué más da...

viernes, 12 de junio de 2009

jueves, 11 de junio de 2009

El Primer Amor


















Tu lengua paseaba por mi piel,
mi cuerpo se estremecía a tu paso.
Lo habíamos decidido esa misma noche,
ese día, sería el indicado.
Al principio todo fue complicado,
pero cuando sentí tu cuerpo junto al mío,
mi deseo superó al miedo de la primera vez.
Nuestros cuerpos cabalgaban al mismo son,
parecían que se sabían desde siempre.
Cuando alcanzamos el culmen,
de nuestros cuerpos,
brotó el jugo de la pasión,
nos miramos fijamente,
y el cielo nos resguardó,
su manto de luna y estrellas nos extendió,
habíamos comprendido que eso era el verdadero amor.

lunes, 8 de junio de 2009

Y Sólo La Vida...













Historias de amor y de muerte,

de alegrías y tristezas,

de vivencias y desventuras.

Vida y sólo vida,

Como un impredecible río,

Cuyos meandros se bifurcan por doquier.

Es así el destino de los seres al nacer.

Incontables momentos de risas y lágrimas,

Suspiros y llantos,

Instantes eternos,

que siempre nos acompañan.

Vidas que laten al unísono,

Seres amados y odiados,

Recordados y olvidados.

Presos todos de un destino cruel.

domingo, 7 de junio de 2009

Julio de 2007


Su piel casi inerte, hacia deducir lo imaginable.
Te fuiste una bonita tarde de verano,
El cielo estaba azulado como te gustaba,
El sol lucía con fuerza,
parecía como si fuese a lucir por última vez.
La naturaleza te regalaba su esplendor,
en señal de gratitud.
Tu despedida fue triste,
de pronto, la luz se apagó
Y la vida siguió su camino…
Ahora cuando miro hacia el cielo,
recuerdo tu sonrisa
y sabes qué,
soy feliz.

sábado, 6 de junio de 2009

El último beso


De nuevo has estado entre mis brazos,
Tan Sólo te besé…
no podía llegar más allá.
Mi cuerpo pedía tu néctar,
Pero no pudimos complacerlo,
Debías marcharte con el frío de la noche,
Volver a la monotonía de tus días,
A la amargura de tu melancolía,
A la tristeza de estar sin mi compañía.
Tú en soledad.

Dos vidas que se cruzaron y jamás se unirán.

martes, 2 de junio de 2009

El Primero

Revolcados sobre las sábanas sudadas.
Recobro de nuevo el aliento,
tus manos calientes me toman por la espalda,
ha comenzado el galope.
Tú me miras poseído,
clavándote en mi piel enrojecida.
Dos cuerpos que en un baile se unen,
dos almas que parecen encontrarse
en un clímax acordado con anterioridad.
Contrato de mudas palabras,
de oídos sordos y olfato estéril.
Dos vidas halladas en la esquina de una calle olvidada,
perdidos, sin nadie.
Olvidados por el olvido,
al fin y al cabo desconocidos,
incluso por ellos mismos, quizás.

lunes, 1 de junio de 2009

Soledad feliz

















Cuando no te tengo a mi lado

la oscuridad se apodera de mí,

mis pensamientos van más allá de la realidad

y todo parece grande y triste.


Los rincones del alma

buscan algún detritus en el que pensar


Y yo, volátil, respiro tu sudor

de noches pasadas.


Te siento cerca,

la soledad debe ser feliz.